EL DESTINO DE LA HUMANIDAD

Inauguro ésta sección del foro, orientada a la ambientación de Sacrificio, donde iré hablando del mundo del juego y todo aquello que lo puebla y le da forma. En estas entradas me limitaré a hablar del entorno de juego, y no de como se refleja en la mesa en cuanto a su Sistema de Juego, lo cual haré en otra sección más adelante.

Gracias, y cuidado con la oscuridad.


AMBIENTACIÓN - 1: EL DESTINO DE LA HUMANIDAD

En Sacrificio, solo habrá una raza jugable, y estos serán los humanos. La ambientación situará el juego en un mundo que es, o más bien fue, similar al nuestro, donde la humanidad contaba con cientos de millones de individuos poblando la superficie del planeta. Sin embargo, ahora solo quedan varias decenas de miles, y con suerte, tal vez unas centenas. Es difícil saberlo, debido al modo en el que viven ahora... Y, en realidad, también les es indiferente. El pasado, el mundo que construyeron y en el que vivieron siglos de auge y esplendor, ahora tan solo forma parte de esquivas y tétricas leyendas, donde solamente resuena el momento de su decadencia y destrucción.

Esas leyendas cuenta qué, huyendo del Cataclismo que asoló el mundo causado por un Titán loco, una desolación que incluso hizo desaparecer el sol de los cielos, los humanos se escondieron bajo tierra buscando la salvación. Perseguidos por la muerte que exterminaba el que una vez fue su hogar, no tuvieron más opción que cavar más y más, abriéndose camino hacia las profundidades, uniéndose sin darse cuenta cada vez más con la oscuridad que allí les aguardaba y los recibía con los brazos abiertos, ofreciéndoles protección.
Resguardados en este frío y desolador entorno, comenzaron a escuchar los ecos de la oscuridad. Una oscuridad que había estado milenios esperándolos. Una voz a la que llamaron la Oscuridad que Susurra. La escucharon, y aprendieron de ella, olvidando poco a poco lo que una vez fueron, y manteniendo ese lejano pasado tan solo a través de tenebrosas leyendas que ahora dan forma a sus creencias.

Nómadas en el oscuro subsuelo del mundo, ahora los humanos viajan divididos en pequeñas tribus, picando y extrayendo minerales a su paso, como si no fueran más que hormigas; asentándose cerca de aguas subterráneas hasta que no queda nada más que extraer, ni nada de lo que alimentarse. Entonces, lo recogen todo y se encaminan de nuevo a recorrer las galerías que han ido creando. A veces se encuentran con el asentamiento de otra tribu, y entonces lo celebran y festejan nuevos matrimonios para cruzar líneas de sangre y evitar la degradación un tiempo más; o una de las dos tribus desaparece para siempre, haciendo más poderosa a la que sobreviva a la masacre. En la oscuridad todo vale, es lo que han aprendido de las voces.

Trabajan el metal y la piedra, cazan criaturas subterráneas, pastorean animales ciegos y cultivan hongos. La sociedad ha retrocedido a pasos de gigante, volviendo a las cavernas, a existir únicamente para sobrevivir. Pero, lo más importante de esta nueva forma de vida, siempre es la Llama Eterna. Encendida bajo la luz del sol en el pasado cuando se inició el éxodo a las profundidades y mantenida durante generaciones. Este fuego es vital para guiarlos, para alejar la maldición de la oscuridad de sus almas, porque, si la Llama Eterna se apaga, volverán a estar solos, y lo que mora en las profundidades más allá de las sombras, los perseguirá. Hasta que no quede nada, ni un solo destello de luz, solo cenizas... Por eso siempre miran en las sombras de la Llama Eterna, en las sombras que danzan y parpadean, en busca de la Oscuridad que Susurra, que canta para ellos, guiándolos en la inmensidad de su mundo.

En ocasiones, una tribu escucha una canción distinta en la voz de la Oscuridad que Susurra, palabras que otras tribus no llegaron a comprender, y su sociedad cambia hacia algo nuevo. Algunos se alimentan de los cadáveres de sus muertos en busca de fuerza, otros se marcan la piel con los rescoldos de la Llama Eterna para que sus guerreros puedan caminar por las profundidades sin miedo a lo que acecha en las sombras, y, a unos pocos, las voces les susurran terribles secretos que los hace enloquecer y traer la ruina a su asentamiento. Cada tribu es distinta, aunque los deseos y caprichos de la Oscuridad que Susurra siempre llevan a lo mismo: exigen el Sacrificio, para que traiga a la oscuridad el calor del sol que le fue negado. En futuras entradas hablaré de las distintas creencias y modos de vida que posee la nueva sociedad, la mayoría de las cuales se distinguen entre sí principalmente debido a las diferencias alrededor del culto a la Oscuridad que Susurra, y el uso de, o la esperanza hacia, la Llama Eterna. Todo esto ha generado distintos tipos de asentamientos, castas e incluso nuevas culturas. Llegado el momento, me explayaré en todo lo que implican estas diferencias en cuanto a lo jugable.